¡Dígameeee...!

Hola, hoy es otro día que he hecho algo diferente. Me han llamado por teléfono y he mantenido una conversación de algo más de dos minutos. Eso si, a trompicones, pero bueno, para ser la primera vez, no ha estado mal.

Todo el que ha estudiado un poco de inglés sabe que cuando lo ves escrito te resulta un poco más fácil de entender porque algunas palabras las has aprendido como vocabulario y otras se parecen un poco a las de nuestro idioma. El siguiente paso es poderte comunicar hablando, cara a cara, me refiero. ¡Siempre la ayuda de la expresión corporal puede llegar a proporcionarnos resultados milagrosos!. Luego lo complicado es entender y hacerte entender por teléfono.

Como les indicado al principio, hoy me han llamado a mi teléfono. A parte de esta dificultad que entraña para mí, les tengo que decir que para hacerlo más complicado, recibí la llamada por sorpresa. Desconocía el número, y por si fuera poco, me encontraba en la guagua casi llena de gente camino a casa.

Bueno, la llamada procedía de un centro del NHS (como la Seguridad Social española) que querían actualizar mis datos. Completé el trámite para el que me habían llamado. Al finalizarlo, antes de colgar, le dije a mi interlocutora que me disculpara porque mi inglés no era muy bueno. Me respondió que no me preocupara, que no, que no era así. ¡Cuánta falsedad!

Se me olvidaba decirles que disponían de mi número de teléfono porque me registré sobre el mes de octubre. Los detalles de este proceso ya se los cuento en otro momento (inscripción, tarjeta sanitaria, acceso a medicamentos, etc…).